viernes, 29 de abril de 2011


DESARROLLO COGNITIVO






EL DESARROLLO COGNITIVO DEL NIÑO EN LA EDAD PREESCOLAR.

Los niños en edad preescolar (2-6 años) tienen una forma imaginativa y mágica de pensar sobre los acontecimientos del mundo (charlan con un amigo imaginario, se preguntan dónde duerme el sol, consuelan a un adulto triste ofreciéndoles una piruleta o dicen que duermen con los ojos abiertos). Durante algún tiempo se pensó que las aptitudes cognitivas de los niños de esta edad estaban limitadas por el egocentrismo infantil, es decir, la tendencia a ver el mundo y a los demás desde su propio punto de vista. Sin embargo, se ha comprobado que los pequeños tienen un pensamiento de carácter estratégico que les permite lograr sus objetivos, conocer las causas de un acontecimiento o anticipar sucesos futuros (hacer que los demás se compadezcan de él para poder comer pastel de chocolate).

 El pensamiento de los niños en la edad preescolar.
En principio, los investigadores subestimaron las habilidades cognitivas de los niños, pero con la aparición de nuevos métodos de investigación se descubrió que estas habilidades surgen antes de lo esperado, aunque no en todos los contextos.
Los números.

Los investigadores han puesto de manifiesto que aunque los niños en edad preescolar son incapaces de contar, si presentan algunos conceptos interesantes sobre los números (niño de 4 años que cuenta: uno, dos, tres, ocho, diez).
A pesar de que los pequeños no dominen la secuencia correcta de los números si que se observa en sus respuestas la presencia de ciertos principios como son: el principio de uno-a-uno (asigna a cada objeto uno y, sólo un valor y no omiten ninguno); el principio de orden estable (los números aparecen en un orden
invariante) y; el principio cardinal (el último número del recuento representa la cantidad total de objetos).
Estos principios aparecen cuando se cuentan cantidades pequeñas. Esta conciencia numérica obedece a su progreso de crecimiento cognitivo. (P.e.: experimento de Saxe (1987); “cuenta los puntos y tócalos uno a uno a medida que los cuentas”; 2 grupos de niños: 2,5 años y 4 años; 2 paneles de puntos: 5 y 13). Resultados: los niños de 2,5 años de edad dejaban de tocar 2 puntos por término medio en el primer panel y 8 en el segundo, además, en ambos casos sólo contaban hasta 3. Los niños mayores contaban y
señalaban la primera lámina perfectamente y sólo cometían 2 errores tanto al contar como al señalar en la segunda.
En conclusión, si bien los niños preescolares (4 años) pueden contar hasta 20 y sumar y restar números hasta una cantidad no superior a 4, no son capaces de dominar otras operaciones matemáticas sencillas ( ¿cuántos paquetes de 6 latas de refrescos a comprar si tenemos que dar 1 lata a cada uno de diez niños presentes?).
¿Qué factores influyen en el desarrollo de la comprensión numérica por parte de los niños?
1. La maduración, entendida como el desarrollo cerebral, desarrollo del lenguaje para poder expresar números y desarrollo de la curiosidad del niño.

2. El contexto cultural general y la importancia que éste le da a la capacidad o competencia  numérica  

3. Estructura lingüística más lógica para nombrar los números

4. La ayuda o apoyo que proporcionan los padres, adultos y otros

La memoria.

Los niños en edad preescolar suelen tener muy mala memoria (se olvidan de dar recados; van a buscar zapatos y traen juguetes; si cuentan un cuento no citan las partes más importantes). Si preguntamos a un niño en edad escolar que ha hecho durante el día nos dará una explicación completa, con reflexiones sobre las actuaciones de las personas y la forma sobre cómo se relaciona su conducta con la conducta anterior.
Pero, si hacemos la misma pregunta a un preescolar, nos dará una serie de detalles que son irrelevantes. Los ejemplos anteriores no indican que los niños preescolares tengan una memoria deficiente “per se”, sino que aún no han adquirido las habilidades para almacenar recuerdos de forma deliberada y poder recuperarlos cuando es necesario.
Sin embargo, aunque los pequeños tienen dificultades para almacenar recuerdos, sí tienen una capacidad extraordinaria para representar ciertos acontecimientos comunes que se suceden de forma repetitiva, representación que recibe el nombre de guión o guiones que son una especie de estructura que facilita el almacenamiento y extracción de ciertos recuerdos de acontecimientos cotidianos (p.e.: ir a un restaurante, ir a un cumpleaños, ir de compras). Nelson (1985), investigó los guiones utilizados por los niños realizando entrevistas a niños de preescolar y observando una gran convergencia tanto en los acontecimientos como en la secuencia temporal que establecían en los mismos. Por ejemplo, en “comer en el restaurante” los niños no incluyen acciones tales como seleccionar el menú o pagar la cuenta.
Esto se explica porque tales acontecimientos están alejados de la experiencia directa del niño. No obstante, la influencia de los guiones en la memoria es ambigua. Un guión puede a veces llevar a distorsiones de la memoria, por ejemplo, cuando un acontecimiento inesperado se reconsidera para que encaje en un guión establecido. Además, los niños pequeños que están elaborando guiones pueden tener dificultades para separar lo habitual y lo nuevo, y pueden   recordar los sucesos nuevos peor porque los mezclan con sucesos habituales del guión.
En su mayor parte, los guiones ayudan al proceso memorístico, liberándonos de tener que prestar atención a lo trivial y previsible. Otra razón de la deficiente aptitud memorística de los preescolares obedece a que los pequeños no atienden a las características de los acontecimientos que son pertinentes e importantes para una persona adulta (p.e.: partido de fútbol, ir al circo o visita al zoológico y se fijan en la gorra del portero, la persona que hay delante o el muchacho que vende coca cola). Sin embargo, los investigadores han descubierto que los padres y otros cuidadores juegan un papel fundamental ayudando a los niños a recordar otras cosas que de otra forma olvidarían.
Los padres se diferencian en su forma de orientar el recuerdo de los niños. Existen padres repetidores” que hacen preguntas concretas para dar pistas a los niños, después repiten laʺ  respuesta del pequeño y realizan la siguiente pregunta, también, existen padres “elaboradores”que completan el recuerdo del niño con información adicional. Un estudio comprobó que los hijos cuyos padres tenían un estilo elaborador recordaban mejor y respondían en mayor medida a las preguntas que les hacía el experimentador.







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